REFLEXIONES EN VOZ ALTA.
LA REVISTA
VIERNES 01 DE AGOSTO DEL 2014.
LA CONFIANZA. VALOR SIN PRECIO.
La confianza es un valor sin duda alguna, de la mayor importancia en cualquier tipo de relación, personal, familiar, de negocios y sobre todo entre gobernantes y gobernados.
En la administración pública al personal de confianza se le trata exactamente como personal de desconfianza.
A él se le supervisa, se le restringe prestaciones, se le otorga la mayor carga de trabajo en tiempo y forma, y en caso de ajuste de personal, los primeros ajustados es el personal de confianza.
Casi se le considera personal comprado o casi esclavos.
Y esto lo refuerza la noticia de que en las negociaciones para lograr las leyes energéticas, está el ajuste de personal de Pemex y de la CFE, pero hablan que en primera instancia será el personal de confianza y esto se otorga con ligereza, posiblemente porque los directivos nunca se desempeñaron como personal de confianza en las dependencias que ahora dirigen.
Pero así como el personal de confianza empieza a ver un futuro incierto, aquellos que tienen la menor fortaleza de valores, saben que en cualquier momento se quedan sin trabajo y muchas veces ante esta situación, aprovechan los recursos a su alcance y aunque son de la empresa, les dan pellizcos para asegurar su futuro financiero.
Además es el personal de confianza el que conoce los secretos oscuros de los directivos, tiene mayor visión y alcance de la empresa, y de pronto comprende que la confianza es una avenida de ida y vuelta y la empresa no le tiene la confianza que él tiene en la empresa y ahí empieza la deslealtad, el tortuguismo y otras conductas que perjudican no solo a la empresa sino al país mismo, porque los productos que llegan a los ciudadanos procedentes de esas empresas se convierten en artículos caros y malos, sino que lo digan los dueños de vehículos que utilizaban la gasolina tipo magna, que sufrieron daños considerables a sus motores, con un costo de reparación elevado.
Pero en el caso de tanta polémica por las leyes secundarias, que contemplan que los pasivos por pensiones de Pemex y CFE sean absorbidas por el gobierno federal para que se conviertan en deuda pública, no termina la reflexión con los comentarios en ésta y se reflexionará con mayor amplitud en las próximas, pero estamos hablando de confianza y el gobierno tiene la obligación de explicar claramente, en forma que todos entiendan en qué consisten esa absorción, de otra forma la confianza se pierde.
Decir que ya es deuda pública porque la empresa es de todos los mexicanos, es una broma, ya que la percepción independiente de la realidad, es que Pemex, la empresa más importante del país, es una empresa no solo ineficiente sino también corrupta y de su patrimonio solo han disfrutado los altos directivos y sobre todo la dirigencia sindical y los trabajadores. Pregunten a los que cargan combustible que sufren los aumentos mensuales, si ellos se consideran propietarios de Pemex.
Es verdad que Pemex aporta vía impuestos casi el 38 por ciento del gasto público y que tiene utilidad antes de impuestos y al pagarlos resulta con pérdida, y que de no existir esta situación, el gobierno federal tendría que reducir sus gastos en forma drástica, recurrir al financiamiento o a elevar los impuestos y en esto deben fincar responsabilidades a los responsables, ya que en ningún momento se destinó recursos para encontrar fuentes alternas de energía o dedicar específicamente los recursos provenientes del petróleo a una educación de calidad y a una investigación no solo para obtener mayores recursos en exploración y explotación y a construir y operar las cuatro refinerías que necesita el país para dejar de importar gasolina; sino a la investigación para obtener medicamentos que combata con eficiencia la diabetes y la obesidad y otras enfermedades que tanto daño causan a los mexicanos y que tanto le cuestan al país.
Simplemente se dedicaron a canalizar a sus vanidades u obsesiones sin resolver el tema de energía barata a los mexicanos ni a fortalecer a la empresa ni al futuro de México.
Te saludo cordialmente.
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