VIERNES 4 DE NOVIEMBRE DEL 2011.
LAS ORDENES TIENEN QUE SER LOGICAS PARA CUMPLIRLAS.
Hay un pasaje en el libro “El Principito”, que en ocasiones anteriores hemos comentado y hoy lo hacemos una vez más, y es el que en un reino y después de un curioso diálogo entre el rey y él, el rey le dijo que para que las órdenes se cumplan tienen que ser lógicas, ya que si él le ordena al general de sus ejércitos que vuele como pato, el general no cumplirá con su orden, pero no será culpa del general sino de él que dicta ordenes que no se pueden cumplir.
Y así pasa en el país, se dan órdenes que no se pueden cumplir y hay otras órdenes que no se quieren cumplir, pero en ambos casos quien las da debe de tener el conocimiento y experiencia para saber qué tipo de orden dar y la autoridad suficiente para saber cuando no se quieren cumplir y hacer que se cumplan.
Cuando en el caso del gobierno y sus tres niveles de gobierno, si bien constitucionalmente son autónomos, hay convenios que establece compromisos, objetivos, tiempos, movimientos, costos, beneficios y sanciones, pero cuando se firman por conveniencia y no por convicción; cuando firman buscando solo los beneficios y lo hacen con conocimiento pleno de que no aceptarán las sanciones, cualquier orden, sea lógica o no, es letra muerta.
En la Constitución hay muchas disposiciones que no se cumplen cabalmente y lo justifican en la redacción, como los derechos a la salud, a la educación, a los salarios mínimos y jornadas máximas y condiciones de trabajo de seguridad y higiene y queremos suplir la falta de capacidad para hacer cumplir las leyes con reformas que en esencia dicen lo mismo con diferente envoltura.
Pero a mas de esto, el jefe máximo en cada caso, señala culpables, como por ejemplo en su acción estandarte, que es la lucha contra el crimen organizado, especialmente el narcotráfico que en la actualidad ya tiene otras modalidades como el secuestro, la extorsión, el derecho de piso, los delitos virtuales y la promoción del consumo de drogas en los jóvenes y a pesar de las quejas de la sociedad cada vez más sonoras y amplias, el jefe máximo culpa primero al pasado y cuando sus asesores le dicen que el argumento ya esta gastado, empieza a culpar al PRI por sus 70 años en el poder como culpable de todos los males, ignorando que el PRI creo instituciones, que durante el tiempo de sus gobiernos la brecha social no era tan amplia como ahora entre pobres y ricos, desapareciendo la clase media que es el sostén de cualquier país y cuando le responden, entonces culpa a la sociedad y cuando la sociedad le restriega sus errores, ahora culpa a los jueces y cuando la Suprema Corte de Justicia le exige pruebas, entonces dice que no son todos pero algunos, olvidando que no es un simple ciudadano que señala o critica sino es el jefe de las instituciones, por lo que al hablar debe de tener pruebas sólidas y proceder a las consignaciones legales y finalmente lo deja en el olvido y canaliza la justificación de su fracaso a la supuesta complicidad de los policías estatales y municipales con la delincuencia y entonces mira hacia los gobernadores y algunos nada mas con su silencio parecen darle la razón.
Pero si quiere encontrar al verdadero culpable solo tiene que mirarse al espejo y en el encontrara al responsable de la estrategia inadecuada y fracasada en su operación y que ha costado a la sociedad 50 mil muertos y no tiene a la vista su fin.
Ya son 5 años de gobierno, ya no se puede seguir culpando al pasado, ya es responsabilidad del gobierno actual, si lo que operaba no funcionaba debió cancelarlo o modificarlo, pero no puede seguir eludiendo su responsabilidad.
Ahora tenemos una sociedad temerosa, preocupada, lastimada, ofendida que sabe que los gobiernos del PAN, con tantos años deseando ser gobierno y darles la oportunidad y no saber qué hacer con él; desmantelando las organizaciones de inteligencia sustento de las operaciones quirúrgicas de seguridad y mandando a la institución más respetada del sistema político mexicano, el ejército, a tareas que no le corresponden y que ahora la sociedad les critica.
Para cualquier programa debe tenerse claramente definido el objetivo, la estrategia, los recursos humanos, técnicos, financieros; los mandos que son claves en el éxito y que hayan probado en sus desempeños la honestidad, la eficiencia, su vocación de trabajo y servicio público y un sistema de evaluación que permita hacer los ajustes conforme se vayan haciendo necesarios.
Hay que escuchar a los que sufren el costo de las decisiones equivocadas y terquedades del poder presidencial, porque la obligación fundamental de todo gobierno es procurar la felicidad de los gobernados y esto no se ve por ningún lado.
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