REFLEXIONES

457.-DOS CASOS. DOS MEDIDAS.

El amor cuando es sincero se encuentra lo mismo en la torre de un castillo que en la humilde vecindad. Así rezaba la canción el quinto patio, que en los años cincuenta cantaba con gran éxito Emilio Tuero.

Y esto lo comento porque si el amor hace igual a los hombres ricos y a los pobres, a los destacados y a los modestos, a los hombres y a las mujeres, más hace igual a los seres humanos ante hechos que les cuesta o arriesgan la vida, es decir, es una sola pesa y una sola medida. Sin embargo, los medios y sus intereses, elevan a categoría de semidioses a algunos personajes, especialmente deportistas y artistas que producen no solo grandes dividendos, sino que se vuelven adorados por las multitudes.
Y esto lo reflexiono porque en estos días, el mismo para ser preciso, sucedieron dos hechos violentos, uno en Yucatán y el otro en el D.F. En Yucatán un papá le dio un machetazo a su hijo. Pensemos bien, un papá le dio un machetazo a su hijo y la noticia, con todo el dramatismo que encierra, solo mereció un breve, muy breve espacio en los medios en una sola edición.

En el D.F., el futbolista paraguayo Salvador Cabañas, recibió un balazo en la cabeza y está internado en un hospital en la ciudad de México. El futbolista que está considerado ídolo de su equipo, el América y uno de los mejores jugadores extranjeros en México, recibió el balazo en condiciones no claras, desde la hora en que sucedió, las cinco de la mañana, en un bar que tiene antecedentes de funcionar irregularmente, aunque se aclara de que su permiso es de un club privado que puede funcionar las 24 horas los 365 días del año y que es lugar preferido de famosos, cuya lista que circuló ayer, son personas ricas, económica, social, artística y deportivamente hablando. Los Presidentes, el de México, Felipe Calderón Hinojosa y el de Paraguay, Fernando Lugo, han hecho declaraciones en el sentido de condenar enérgicamente el hecho, estar pendientes de la evolución del herido y de las investigaciones, así como apoyo a los familiares. Las autoridades responsables de investigar de inmediato han dado declaraciones en el sentido de que todos los recursos de sus dependencias están coordinados y al servicio de este caso, mientras el caso del joven yucateco solamente es un caso más.
Los directivos del club América inclusive abrieron el estadio Azteca para que los simpatizantes del jugador puedan estar pendientes del caso. Los noticieros televisivos les dan el espacio como la noticia principal y se publica las imágenes de aficionados que aparecen consternados por esa sin duda triste noticia. Pero al margen de los contrastes de ambos lesionados, el joven yucateco y del famoso futbolista, el hecho es que son dos casos y dos medidas, ante un acto similar de violencia y en dos seres humanos.
La vida tiene igual valor para ambos y las diferencias sociales y económicas no le quitan valor al yucateco lesionado por su padre, caso del que lamentablemente no tengo los datos en la mente, pero la noticia aunque brevemente explicada en los medios del día del lunes, allí está.
De nueva cuenta lo que juega es lo redituable de cada personaje y el manejo que le dan los medios a este hecho.