
LUNES 3 DE ENERO DEL 2011.
Terminó el 2010 con más penas que glorias para el país que es lo que cuenta, para la mayoría de los mexicanos que mucho valen y para muchos hogares que especialmente en estas fechas vestirán de luto por los que se fueron injustamente, por equivocación, por estar en el lugar inadecuado un día y una hora que habían marcado su muerte por quienes han perdido el valor de vivir y el miedo a la muerte y hoy retan el poder del estado y cada vez lo hacen más abiertamente.
Y hay quienes lloran por dentro, con lágrimas que se niegan a salir y sin embargo se resbalan silenciosamente, por amores perdidos, por afectos que se volvieron negativos, por personas que se alejan aunque sea temporalmente y por quienes le dan valor a lo circunstancial, a lo inmediato, a lo material, sin darse cuenta por sus ambiciones que esto no sustituye lo verdadero, lo esencial del ser humano.
Pero este año quedó atrás y corremos el riesgo de que si volteamos a ver nos convirtamos en estatuas de sal, hay que ver para delante, acompañándonos de lo verdadero, de lo positivo, de lo que siempre nos hará sonreír y nos proporcionará fortaleza, porque el año que empieza, el 2011, será difícil en todos los campos y tendremos que confiar más en nosotros mismos y saber diferenciar la paja del trigo.
Todos nos deseamos que el año que inicia sea el mejor de nuestras vidas.
Todos hacemos votos por el año que comienza y formulamos buenos deseos con bases sólidas y otros lo hacemos considerando imposibles e improbables, lo que genera decepciones al no ser así.
Creo que México y los mexicanos merecemos lo mejor, y este deseo lo formulamos con bases sólidas, por nuestros recursos naturales, por la capacidad y habilidad del mexicano, porque cada día es más exigente con la calidad de los servicios que recibe, con sus gobiernos, con sus representantes sociales, por sus expresiones públicas y por el rechazo a las falsedades.
Este año se pondrá a prueba si los partidos políticos ponen sus principios y el valor y respeto que le merecen la sociedad o solo les importa el poder por el poder mismo y los beneficios que en lo particular les proporciona.
La sociedad verá si los políticos pretenden mezclar el agua y el aceite con el único fin de ganar elecciones o actúan con el principio que les dio origen como un mínimo de congruencia, y aunque pierdan lo hagan con dignidad, valor último de la condición humana.
Este 2011, tendremos que trabajar más sin duda, pero también tendremos la certeza de que nuestro trabajo será más reconocido y nos uniremos mas en nuestro centro de trabajo, en las aulas, en nuestras colonias, porque apreciamos día a día que la unidad ciudadana adquiere mayor valor.
Acá en nuestro estado, será más necesario recurrir en todos los campos a quienes de verdad saben no solo que hacer sino como hacerlo. Necesitamos que el estado adquiera una velocidad mayor a las necesidades de crecimiento y bienestar de los ciudadanos, porque la historia de esta tierra del mayab es extraordinaria, porque el legado de los mayas debe corresponderse con acciones sino iguales a la grandeza del ayer, si dignas con el hoy.
Y para esto tendremos que trabajar, unidos, en equipo, adoptando la decisión mejor venga de quien venga y dándole a nuestro quehacer un rumbo claro, lógico, que incorpore con buena voluntad a los yucatecos que piensan en Yucatán.
Esta es la reflexión en voz alta número 600, buen número para empezar este año nones que esperamos que sea de dones.
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