
VIERNES 17 DE DICIEMBRE DEL 2010.
Hace unos días los panistas celebraron diez años de encabezar el gobierno federal y como es natural los panistas los festejan a todo lo alto y la oposición pregunta ¿Qué celebran? Pero no solo la oposición sino también analistas y comentaristas tratan de encontrar algo positivo en estos años que el país haya recibido.
No hay duda que los factores se sumaron en el 2000, un buen candidato del PAN y un mal candidato del PRI y éste partido no acostumbrado a ser oposición le fue peor seis años después, con un pésimo candidato que perdió ante un candidato mediocre del PAN, pero que todavía capitalizó la esperanza de los mexicanos, misma que ahora el país y los mexicanos han visto como se ha transformado en problemas económicos y sociales más profundos.
Y aunque los diez años tuvo etapas de conflictos financieros mundiales, también es un hecho de que el gobierno panista solo pudo mal copiar los métodos priistas, su innegable maestro político y de gobierno, y no supo aprovechar el caudal enorme y hasta ahora constante de los precios del petróleo ni tuvo capacidad de fortalecer la competitividad que en 1999 se encontraba en el lugar 31 y en el 2010 se ubicó en el lugar 66 es decir, se desplomó 35 lugares y como consecuencia se dejó los espacios a China.
Por otro lado los gobiernos panistas se limitaron a premiar la militancia y la incapacidad se hizo presente acompañada de corrupción y despilfarro y así en cargos de la mayor importancia se nombró a panistas de trayecto pero sin proyecto.
Entre 2000 y 2009 el PIB nacional reportó un crecimiento promedio anual de 1.8 por ciento, que es la mitad de la década anterior que también tuvo una severa crisis y el precio del petróleo no era tan alto ni el monto de las remesas tan grande como en la década panista y que a pesar de todo el crecimiento en 1999 fue de 7.1 por ciento y en lugar de aumentar se desplomó impresionantemente y el gobierno del PRI entregó una inflación controlada y un peso estable en su tipo cambiario, que si bien se mantuvieron en esta década panista mucho del mérito es del Banco de México, cuya autonomía se le otorgó en el último gobierno priista y al monto de las remesas, al alto precio del petróleo y al aumento de la pobreza, que hace que un segmento amplio de la población no tenga recursos para gastar.
Esta situación se ha reflejado en la escasa generación de empleos en el sector formal ya que de acuerdo con los datos de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social en los diez años de gobierno panista, el número de asegurados en el IMSS solo aumentó en 1.9 millones, cuando el país exige por la tasa de crecimiento de la Población Económica Activa, la creación de 1 millón de empleos anuales. Con Fox no hubo crecimiento adecuado y con el actual gobierno los rezagos han aumentado.
Pero si vamos a los recursos de que dispone el gobierno federal, no han podido incrementarse por una política fiscal que se mantiene deficiente y compleja que no ha aumentado la base tributaria y que a las personas físicas y morales que si cumplen con sus obligaciones fiscales se le impusieron mas y nuevos impuestos como el IETU y el Impuesto a los Depósitos en Efectivo.
Pero no todo es malo en estos diez años, hay cosas peores.
Pero hay cosas a las que se le dieron continuidad y que fueron implantadas por los gobiernos priistas, ya que el panismo carece de una propuesta propia para corregir errores del pasado y responder a las expectativas de la sociedad de un gobierno diferente, que fue el resumen del por qué los llevaron al poder federal.
Pero siendo objetivo, también se puede contabilizar cosas buenas, ya que se fortaleció la autonomía del Banco de México que se concedió en el último gobierno priista y se hizo una modificación al sistema de pensiones que se ha vendido como la solución a la presión financiera que este tema genera.
Pero aunque todavía hay mucho que comentar sobre la actuación de los diez años de gobierno panista, será en próximas reflexiones, ya que el espacio para ésta se ha terminado como se está terminando la paciencia de los mexicanos.
Hace unos días los panistas celebraron diez años de encabezar el gobierno federal y como es natural los panistas los festejan a todo lo alto y la oposición pregunta ¿Qué celebran? Pero no solo la oposición sino también analistas y comentaristas tratan de encontrar algo positivo en estos años que el país haya recibido.
No hay duda que los factores se sumaron en el 2000, un buen candidato del PAN y un mal candidato del PRI y éste partido no acostumbrado a ser oposición le fue peor seis años después, con un pésimo candidato que perdió ante un candidato mediocre del PAN, pero que todavía capitalizó la esperanza de los mexicanos, misma que ahora el país y los mexicanos han visto como se ha transformado en problemas económicos y sociales más profundos.
Y aunque los diez años tuvo etapas de conflictos financieros mundiales, también es un hecho de que el gobierno panista solo pudo mal copiar los métodos priistas, su innegable maestro político y de gobierno, y no supo aprovechar el caudal enorme y hasta ahora constante de los precios del petróleo ni tuvo capacidad de fortalecer la competitividad que en 1999 se encontraba en el lugar 31 y en el 2010 se ubicó en el lugar 66 es decir, se desplomó 35 lugares y como consecuencia se dejó los espacios a China.
Por otro lado los gobiernos panistas se limitaron a premiar la militancia y la incapacidad se hizo presente acompañada de corrupción y despilfarro y así en cargos de la mayor importancia se nombró a panistas de trayecto pero sin proyecto.
Entre 2000 y 2009 el PIB nacional reportó un crecimiento promedio anual de 1.8 por ciento, que es la mitad de la década anterior que también tuvo una severa crisis y el precio del petróleo no era tan alto ni el monto de las remesas tan grande como en la década panista y que a pesar de todo el crecimiento en 1999 fue de 7.1 por ciento y en lugar de aumentar se desplomó impresionantemente y el gobierno del PRI entregó una inflación controlada y un peso estable en su tipo cambiario, que si bien se mantuvieron en esta década panista mucho del mérito es del Banco de México, cuya autonomía se le otorgó en el último gobierno priista y al monto de las remesas, al alto precio del petróleo y al aumento de la pobreza, que hace que un segmento amplio de la población no tenga recursos para gastar.
Esta situación se ha reflejado en la escasa generación de empleos en el sector formal ya que de acuerdo con los datos de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social en los diez años de gobierno panista, el número de asegurados en el IMSS solo aumentó en 1.9 millones, cuando el país exige por la tasa de crecimiento de la Población Económica Activa, la creación de 1 millón de empleos anuales. Con Fox no hubo crecimiento adecuado y con el actual gobierno los rezagos han aumentado.
Pero si vamos a los recursos de que dispone el gobierno federal, no han podido incrementarse por una política fiscal que se mantiene deficiente y compleja que no ha aumentado la base tributaria y que a las personas físicas y morales que si cumplen con sus obligaciones fiscales se le impusieron mas y nuevos impuestos como el IETU y el Impuesto a los Depósitos en Efectivo.
Pero no todo es malo en estos diez años, hay cosas peores.
Pero hay cosas a las que se le dieron continuidad y que fueron implantadas por los gobiernos priistas, ya que el panismo carece de una propuesta propia para corregir errores del pasado y responder a las expectativas de la sociedad de un gobierno diferente, que fue el resumen del por qué los llevaron al poder federal.
Pero siendo objetivo, también se puede contabilizar cosas buenas, ya que se fortaleció la autonomía del Banco de México que se concedió en el último gobierno priista y se hizo una modificación al sistema de pensiones que se ha vendido como la solución a la presión financiera que este tema genera.
Pero aunque todavía hay mucho que comentar sobre la actuación de los diez años de gobierno panista, será en próximas reflexiones, ya que el espacio para ésta se ha terminado como se está terminando la paciencia de los mexicanos.
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