VIERNES 20 DE AGOSTO DEL 2010.
Hago esta reflexión profundamente preocupado, una mezcla de razonamientos de situaciones que aprecié me hacen indignarme, pero sobre todo preocuparme.
El hecho es apreciar que enseñen a mentir a niñas por sus mamás, es a mi juicio gravísimo, ya que están ayudando a crear una generación de mentirosos a futuro que afectará a los involucrados, a la sociedad y al país.
Estimular la mentira en los niños los hará pensar que eso es lo normal y así actuarán primero en cosas que ellos creen que son pequeñas y cuando se den cuenta, toda su vida será una mentira y nadie creerá en ellos.
No hay que perder de vista que la educación es en la casa, la
formación académica es en la escuela y los mayores deben ser cuidadosos de la educación de los niños, porque no solo es prepararlos académicamente, con conocimientos tecnológicos, sino en lo más importante que son los valores personales como honestidad, responsabilidad, puntualidad, eficiencia, ética, respeto a los mayores, aspectos que le garantizaran que en su vida será siempre respetado.
Hoy se le da una gran publicidad al sobrepeso en las personas, ya que es el camino más fácil para adquirir enfermedades crónicas degenerativas como la diabetes, la hipertensión que traen un gran costo a la productividad del país, pero también le produce al que lo padece un complejo enorme, son objeto de rechazo social y marginación, a mas de que la competencia en la vida laboral le pone obstáculos mayores.
Y cuando los Secretarios de Estado, el de Educación, Alonso Lujambio, prospecto de Elba Ester Gordillo a la candidatura del PAN a la Presidencia de la República y el de Salud, José Ángel Córdova, personaje que aparece en la televisión siempre con un aspecto más triste que un burócrata en fin de quincena, anunciaron que saldrían de las escuelas los productos chatarra que tanto daño le hacen a los niños, les creí.
Creí que verdaderamente les preocupaban la salud de los niños mexicanos y ante el alarmante crecimiento de la obesidad infantil, decidieron tomar medidas serias y drásticas como lo amerita el problema.
Creí que las aspiraciones de Alonso Lujambio y la responsabilidad de José Ángel Córdova, serían lo suficientemente fuertes como para resistir la embestida de las empresas productoras de los alimentos chatarra.
Pero veo que también le mintieron a los millones de mexicanos que estamos verdaderamente alarmados y preocupados por los indicadores de la obesidad en México, especialmente la infantil.
Por lo visto como me comento una nutrióloga recientemente, no hay que creerle a las autoridades gubernamentales, estamos a nuestras manos, pero debemos de tener un total convencimiento de la necesidad de bajar de peso como un paso a cuidar la salud, empezando con los niños afectados, los papás, los abuelos, los maestros y todo aquel que rodea al niño. No es solo con palabras y buenos propósitos como se logra el objetivo, hay que actuar con decisión, con claridad, firmeza y metas definidas. Día que pasa sin reducir aunque sea un gramo es un día perdido y si algo no se recupera nunca, es el tiempo.
Entonces prediquemos con el ejemplo. Todos a trabajar para reducir la obesidad infantil que tanto y en tantos sentidos dañan a México y a los mexicanos.
Y ya no le pidamos al gobierno que haga lo que aunque es su responsabilidad, solo de palabra actúa y se desdice según convenga.
Háganoslo todos nosotros: el niño, los padres, los abuelos, los maestros y toda la sociedad, apoyemos a todo aquel que lo necesita y hagámoslo ya, con un elevado concepto de solidaridad.
Y ya no permitamos más mentiras a ningún nivel y en ninguna relación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario