
VIERNES 2 DE JULIO DEL 2010.
Carlos Salinas de Gortari, Presidente de México 1988-1994, hasta hoy referencia política obligada, asumió la Presidencia de la República seriamente cuestionado, -ya que un importante sector de la opinión pública consideró que el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas había triunfado en las elecciones presidenciales de 1988- entonces decidió legitimar su mandato con acciones que despertaran simpatía y apoyo de la población y así encarceló a Joaquín Hernández Galicia, la “Quina”, exilia a Carlos Jonguitud líder vitalicio del magisterio sustituyéndolo con Elba Ester Gordillo, mas nefasta y cara para el país que el relevado y detuvo al banquero Agustín Legorreta. Estas acciones demostraron que sabía ejercer el poder y toda la clase política se puso en línea detrás del Presidente Salinas.
Nada más que Carlos Salinas tenía un operador en Fernando Gutiérrez Barrios, Secretario de Gobernación, que sabía lo que hacía y un analista de inteligencia y estratega en acciones de defensa de la instituciones en Jorge Carrillo Olea, lo que le permitió tomar decisiones de profundidad y el apoyo que tuvo de ellos se reflejó en las elecciones intermedias, en que prácticamente el PRI barrió con sus competidores.
Vicente Fox tuvo a su disposición una cantidad de recursos económicos de tal magnitud, que la corrupción e ineficiencia pudieron disimularse hasta este gobierno del Presidente Calderón, que a pesar de ser del mismo partido, afloran los hechos que afectaron el patrimonio nacional durante el gobierno de Fox, aunque hay que señalar que parte por la dimensión de los hechos y parte por las pugnas internas del PAN.
Cuando Felipe Calderón tomó posesión en un acto impropio por decir lo menos, cuestionado su triunfo, que como en el de Salinas, un sector importante consideró que ganó Andrés Manuel López Obrador, por lo que decidió hacer lo mismo que Salinas de Gortari, acciones que impactaran favorablemente en la población para ganar su apoyo, así recurrió a la institución más prestigiada y respetada por el pueblo de México: el Ejército, para combatir a un peligro para la salud pública en que se ha convertido el crimen organizado y el narcotráfico.
En ese entonces señalé que la guerra como el Presidente le llama, tenía que ser corta para ganarla, pero si se prolongaba se corría el riesgo de que el gobierno la perdiera.
Parece que en este último camino está transitando el gobierno.
Y el Presidente Calderón recurre día a día a los medios para enviar personalmente mensajes a la nación, como una manera que ha resultado insuficiente, de tranquilizar al pueblo y se limita directamente o través de sus voceros a culpar al PRI de la ineficiencia de su gobierno, cuando en la realidad solo cuenta una y otra vez con el PRI, empezando con su toma de posesión, la aprobación a sus iniciativas y la solidaridad a sus acciones; sin embargo el Presidente pide que todos los actores políticos y el pueblo en general lo apoye sin límite a sus decisiones y políticas, los convoca a opinar pero sin tomar en cuenta las opiniones y los resultados muestran día a día a un gobierno agotado, cansado, que ha llevado a sus más decididos defensores y agresores al PRI, exclamar que la preferencia electoral que la población muestra al PRI elección tras elección, es que prefiere un gobierno corrupto pero eficiente que un gobierno corrupto e ineficiente. Qué triste forma de elegir, pero así lo ven los detractores del PRI.
Y el asesinato del candidato a Gobernador de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, que tenía asegurado el triunfo electoral el próximo domingo, tiene no solo de luto al priismo nacional, sino con honda preocupación a todos los mexicanos. Es una demostración clara de que las fuerzas contrarias al gobierno, son mucho más eficientes, decididas y han hecho de la violencia una tarjeta de presentación que el gobierno acepta ante su falta de capacidad de respuesta.
No son declaraciones que justifican la falta de resultados la mejor manera de combatir al contrario. Hay que tomar medidas eficientes.
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