LUNES 20 DE SEPTIEMBRE DEL 2010.

Después de años de negociaciones y de trabajo interno de gabinete, México firmó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos de América y Canadá, sobre el supuesto de que sería altamente benéfico para la economía del país, ya que se alentaría las exportaciones a un bloque de consumidores de gran tamaño y poder adquisitivo. Y sí, la balanza comercial registró mejoría casi de inmediato y las exportaciones no petroleras han crecido sistemáticamente, aunque las importaciones también lo han hecho en forma importante.
Sin embargo, el asociarnos con gigantes de la competitividad siendo un país con déficit en la calidad del sistema educativo y otros indicadores indispensables para jugar en las grandes ligas de la economía y comercio mundial, a mas de que el asesinato de Colosio y el levantamiento de Chiapas, que a la larga pareció más un atractivo turístico que un brote revolucionario; fueron de alto impacto al ritmo del gobierno de Salinas de Gortari, sin duda impulsor de la modernidad del país, lo que impidió alcanzar los objetivos fijados.
Los arreglos del ex Presidente Zedillo para entregar al PAN el gobierno, consumieron las energías de un gobierno que contó con herramientas sobre todo de orden económico, y la falta de autonomía y fortaleza social del PRI, permitió que el PAN ganara la Presidencia con un personaje folklórico y sin conocimientos como Vicente Fox, que se obsesionó con derrotar a Andrés Manuel López Obrador y la volviera a ganar el PAN mediante acciones poco claras y consumiendo el capital político que la sociedad le otorgó a la alternancia y así Felipe Calderón Hinojosa despacha en los Pinos como Presidente de México, invirtiendo su tiempo y los recursos económicos y vidas de mexicanos en su guerra contra el crimen organizado y el narcotráfico.
El Tratado de Libre Comercio, en algunos de sus capítulos se han vuelto bandera de discusión por los mismos que con entusiasmo los aprobaron, especialmente el relacionado con el campo, pero ahora hay una oportunidad para empezar a corregir el rumbo con la aprobación del presupuesto 2011 del Gobierno Federal, para hacer una fuerte inversión en salud y educación y competitividad y no solo en dinero sino con personas que sepan y ejerzan liderazgo para encaminar más rápido al país a una verdadera competencia, ya que según el Informe de Competitividad Global 2010-2011 que en Pekín presentó el Foro Económico Mundial, nuestros socios descendieron en el tablero de la competitividad, pero Estados Unidos está en cuarto lugar y Canadá en décimo lugar, mientras México cayó del lugar 60 al 66; a mas de que en los renglones calificados de los 139 países, México ocupó el lugar 136 en control de las instituciones sobre el crimen organizado y 132 en costos para los negocios ocasionados por el crimen y la violencia.
Otras posiciones de México en la evaluación son: en la calidad del sistema educativo 120; calidad de la educación en ciencia 128; práctica de contratación y despido en el mercado laboral 120; acceso a servicios financieros 105.
El informe registra 12 renglones evaluados en competitividad económica, que incluye entre otros, infraestructura, ambiente de negocios, eficiencia del mercado laboral, desarrollo del financiero, salud y educación primaria, innovación y tamaño absoluto del mercado.
Pero ya no sigamos quejándonos, simplemente dirijamos nuestros esfuerzos a ser competitivos para poder crear una sociedad con desarrollo sustentable y sobre todo, eduquemos en forma simultánea a los empresarios para que fortalezcan a sus empresas como fuente de riqueza para el país y no solo para ellos a cambio de la pobreza de sus trabajadores.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario