
LUNES 30 DE AGOSTO DEL 2010.
Los fines de semana como es costumbre general en todos los niveles económicos y sociales, salimos a tomar alimentos con la familia o con los amigos y escuchamos los chismes, chistes y anécdotas que se acumularon durante la semana.
Esta semana que terminó ayer, escuchamos algunas que consideramos que debemos de transmitir a nuestro amable auditorio.
La primera es la que nos contó una abogada y como está relacionada con el juego, debo insistir que rechazo contundentemente cualquier adicción, especialmente el juego, que creo es responsable de algunos dramas familiares, pero como me lo contaron se los cuento.
Una familia compuesta de los padres y cuatro hijos, tres mujeres y un hombre.
Muere el papá y el hijo toma su propio camino y esto hizo que la mamá fuera más cuidada por las tres hijas. Una de ellas puso un negocio de venta de artículos médicos en Santa Elena, a donde tenía que asistir con regularidad para vigilar la buena marcha del negocio.
En esos viajes la acompañaba alguna de sus hermanas y ocasionalmente su mamá, que durante el trayecto solicitaba con frecuencia paradas técnicas, ya sea para ir al baño o para estirar las piernas o para tomar algún alimento.
Pero de pronto inauguraron en Santa Elena los casinos, que durante algún tiempo provocaron viaje de muchos yucatecos exclusivamente para ir a jugar.
Pues bien, en un viaje, la hija le preguntó a la mamá si podía quedarse en un casino para entretenerse mientras ella trabajaba. Cuando terminó la jornada y la hija regresó por la mamá, ésta le dijo: ¿tan pronto terminaste?
Y a partir de esa fecha, la mamá ya estaba lista, arreglada y muy guapa antes que la hija, a la que apresuraba para emprender el viaje.
Se acabaron las paradas técnicas. Ahora la mamá procuraba que el viaje fuera lo más breve posible, pero para asistir al casino.
Al inaugurarse los casinos en Mérida, la señora, la mamá, es asidua asistente a uno de ellos, donde la tratan con peculiar cortesía y cuenta la hija que su mamá ya no tiene dolores de piernas ni de espalda; duerme bien; no se cansa y siempre tiene buen ánimo, nuevas amigas y algo que contar y su razonamiento es muy simple: una hora con el psicólogo cuesta 600 pesos y estar en el casino varias horas que la tienen muy contenta no le cuesta tanto y además a veces gana dinero y relaciones.
Sin embargo insisto, rechazo contundentemente esta adicción, que es el juego.
La otra anécdota consiste en que comentaba a un grupo muy distinguido de personas por su reconocida inteligencia, de que un Notario a quien respeto por sus marcadas cualidades profesionales y humanas, me comentaba muy elogiosamente sobre dos constructores locales, en cuanto la calidad de sus construcciones y allí ardió Troya, ya que los asistentes sacaron a relucir graves defectos en las casas construidas especialmente en la zona llamada Ciudad Caucel, dando ejemplos con pelos y señales sobre defectos de construcción; dimensiones de la vivienda y el terreno; calidad de los materiales, así como los nombres de las personas que sufren estos problemas; que las constructoras hacían caso omiso de las quejas, seguramente porque estaban muy apoyadas; en fin, fue unánime la opinión de que los compradores se sienten engañados y lo peor: abandonados a su suerte.
Esto es algo que debe de atenderse por la autoridad, ya que por lo visto este hecho no es aislado.

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